La miel, al ser bactericida, ha demostrado su eficacia en pieles sebosas o afectadas por el acné. Si éste es tu caso, haz la mascarilla con los siguientes ingredientes:
Como en el caso anterior, haz una pasta homogénea, úntala sobre el rostro durante 10 minutos y, a continuación, realiza pequeños masajes con la misma mascarilla, ya que el salvado de avena irá haciendo un efecto exfoliante suave. Así se irán eliminando los puntos negros, grasas y pequeños granitos.
Continúa con este gesto unos 5 minutos. Déjala reposar otros 5 minutos y retira la pasta por completo con agua limpia. Termina aplicándote tu tónico y crema habitual.
Fuente: enbuenasmanos.com